La epidemiología de las lesiones hepáticas malignas, como el carcinoma hepatocelular (HCC), el colangiocarcinoma, el carcinoma fibrolamelar y las metástasis hepáticas, presenta variaciones significativas a nivel mundial y en Argentina.
El carcinoma hepatocelular (HCC) es el tipo más común de cáncer de hígado primario, representando entre el 75% y el 85% de los casos de cáncer hepático primario. A nivel mundial, se estima que hubo aproximadamente 725,000 nuevos casos de HCC en 2020, con una alta incidencia en regiones como Asia-Pacífico, donde la infección por el virus de la hepatitis B (HBV) es un factor de riesgo predominante.[1] En América del Sur, incluyendo Argentina, el HCC es también una preocupación significativa, con la hepatitis C (HCV) y la cirrosis alcohólica como factores de riesgo principales.[2] El colangiocarcinoma intrahepático (iCCA) es el segundo tipo más común de cáncer hepático primario, con una incidencia global estimada de 123,000 casos en 2018. Las tasas más altas de iCCA se observan en el sudeste asiático, debido a factores como la infestación por parásitos hepáticos.[3-4] En Argentina, aunque los datos específicos son limitados, se espera que las tendencias sean similares a las de otras regiones con factores de riesgo compartidos. El carcinoma fibrolamelar es una forma rara de HCC que afecta principalmente a jóvenes sin enfermedad hepática subyacente. Su incidencia es baja y no se dispone de datos específicos para Argentina en la literatura médica revisada.
Las metástasis hepáticas son más comunes que los tumores hepáticos primarios y suelen originarse de cánceres gastrointestinales, de mama, pulmón y páncreas. La incidencia de metástasis hepáticas refleja la carga global de estos cánceres primarios y su capacidad para diseminarse al hígado.
En resumen, el HCC y el iCCA son los tipos más comunes de cáncer hepático primario a nivel mundial, con variaciones regionales en la incidencia y los factores de riesgo. En Argentina, el HCC es prevalente, impulsado principalmente por la hepatitis C y el consumo de alcohol, mientras que los datos sobre el iCCA y el carcinoma fibrolamelar son más limitados. Las metástasis hepáticas son frecuentes y reflejan la diseminación de otros cánceres primarios.